NUEVO PROYECTO: LIBRO HISTORIAS DE CORAZÓN

Con gran alegría os anunciamos el proyecto de publicar un nuevo libro “Historias de Corazón” que recoge gran parte de las leyendas o fábulas narradas por Guese Lamsang en cada una de las enseñanzas que imparte. Se presentan treinta y nueve historias que podemos usar como recordatorio de algunos de los temas a los que se hacen alusión.

Están presentadas bajo tres epígrafes que constituyen una forma muy abreviada de resumir la inmensidad de las enseñanzas del buda. Estos epígrafes son: evitar las acciones negativas, crear acciones positivas y transformar tu mente. Algunas historias podrían incluirse en cada uno de los tres apartados al mismo tiempo, de manera que su selección no ha sido nada sencilla.

La publicación va dirigida a todo tipo de lectores con la finalidad de que puedan aprovechar algunos de los recursos o herramientas contempladas para mejorar personalmente.
Las historias, unas son breves y otras más extensas, unas parecen ser más realistas y otras menos, algunas requieren algún conocimiento de la filosofía budista y otras, no. Debido a esto último, todos los términos que consideramos que pueden ser desconocidos por los lectores los explicamos entre paréntesis para facilitar una lectura más fluida.

Como el origen de lo presentado en el libro son las enseñanzas orales de Guesela se ha tenido que transformar el estilo para adaptar lo oral a lo escrito. A su vez, algunas historias se han completados con datos e informaciones adicionales para que cuenten con la estructura mínima de: inicio, desarrollo y culminación. Siempre que ha sido posible se ha remarcado la intención subyacente a cada historia o moraleja y se ha ofrecido algún material para profundizar en lo tratado - Jose Antonio Ferrández Mora

Una historia del libro:

Los cuatro amigos virtuosos (La amistad y la colaboración)

La historia se encuentra recogida en el Vinayavastu del canon del budismo tibetano. Comienza así. Una vez en un bosque de Varanasi (actual India), cuatro animales, un elefante, un conejo, un mono y un pájaro (perdiz) discutieron sobre la propiedad de un árbol en el que todos coincidieron para alimentarse. El elefante señaló que era suyo porque lo vio primero.
El mono dijo que era suyo porque se había estado alimentando de sus frutos. El conejo afirmó que se había estado alimentando de las hojas del árbol cuando aún era un árbol pequeño. La perdiz que había estado observando la discusión dijo que el árbol le pertenecía porque el árbol no habría crecido si no hubiera excretado la semilla de la fruta que se había comido.

El elefante, el mono y el conejo encontraron más lógica la postura de la perdiz y la consideraron su hermana mayor. Los cuatro animales se hicieron amigos y decidieron compartir y disfrutar del árbol. Se apoyaron mutuamente y todos pudieron alimentarse del mismo. Más adelante, los cuatro animales fueron considerados como los cuatro amigos virtuosos.
Esa armonía se extendió por toda la zona y dicho lugar se transformó en pacífico y agradable para vivir. Tanto es así que el rey de la zona consideraba que todos esos beneficios eran debidos a su labor como rey. Esta creencia fue desmentida por un sabio, dotado de clarividencia, indicando que las buenas cualidades de la zona se debían al buen comportamiento y a la colaboración de los cuatros amigos virtuosos.

La perdiz representa, en una de sus vidas previas, al buda, El conejo era Shariputra, el mono era Ananda y el elefante era Mugyalyana.
Son muchas las implicaciones que se pueden sacar de esta historia y, además, también son muchas, las maneras de explicarla.
Los cuatro animales representan los diferentes hábitats del mundo animal: la perdiz se asocia con el cielo, el mono está emparejado con el mundo vegetal, el suelo está ejemplificado por el elefante y el subsuelo por el conejo.
En otra interpretación de la historia, la perdiz provee la semilla y la planta, el conejo la riega y el mono la fertiliza. El elefante protege el arbusto para que pueda crecer. Aquí, se observa la importancia de la colaboración y la dependencia mutua de unos con otros. Se observa, también, que alguien se puede ganar el respeto de los demás independientemente de si es mayor o menor o si es más fuerte o menos.

Los valores de la unidad, la generosidad, el respeto, el desinterés y la amistad están implícitos en la historia junto al reconocimiento de los diferentes talentos individuales y su aportación a una labor colectiva.
La imagen de los cuatro amigos virtuosos es muy valorada en el contexto budista al recordarnos la importancia de colaborar en un proyecto común, la valía de mantener un buen comportamiento y la excelencia de sostener una adecuada conducta ética como forma, entre otras, de ayudar a los demás e invitarlos a imitarnos.

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